Este espacio del Grupo literario ¿al vacío...? fue creado para compartir nuestra actividad literaria con el mundo. ¡Bienvenidos!

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Revista literaria ¿al vacío...? Nº21, 8vo aniversario

Después de año y medio de silencio, más empeñados que nunca en transformar nuestra realidad mediante la literatura, ha renacido la Revista Literaria ¿al vacío...? de los Valles del Tuy, alcanzando a su 8vo aniversario este mes de diciembre de 2012.

¡Esperamos que la disfruten!

sábado, 29 de septiembre de 2012

¿al vacío...? folleto Nº5. Septiembre 2012



Marao como espacio de vida y muerte

“Marao”, del autor Pedro Ron, como Comala y Macondo, son los espacios fundamentales, elementales y primitivos que sustentan, de alguna manera, toda la literatura y el imaginario latinoamericano. Lo más significativo que se establece entre estos pueblos es el hecho de que están aislados (al menos en algún momento de su historia) geográficamente. Ésta es una condición con la que también se puede establecer un paralelismo entre los pueblos de las novelas y la historia de Latinoamérica toda. Una tierra que permanece aislada del resto del mundo, hasta que se produce el “descubrimiento civilizatorio”.

Son pueblos aislados temporalmente; negados a trascender más allá de sus habitantes, con un origen y desaparición ligados fuertemente a sus protagonistas (y jefes). Así estos poblados desaparecen al mismo tiempo que sus habitantes, aunque trasciendan sus almas.

Otro asunto que se debe considerar, en Marao, es la concepción de pueblo latinoamericano; la simbología que se refiere al aspecto meteorológico y su influencia en la población; donde el agobiante calor y las altas temperaturas sumen a los habitantes en un letargo soporífero, que hace suponer, desde un punto de vista simbólico, estar a las puertas del infierno. Así, apreciamos el valor arquetípico que representan estos pueblos, corroídos por las pasiones, la codicia, las injusticias y las enemistades eternas.

Marao es “el ombligo del mundo”, el centro de todo, aislados de otras civilizaciones, con sus propias génesis y destrucciones. En El mito del eterno retorno, se formula el simbolismo arquetípico de la figura del “centro” como un lugar sagrado (montaña, templo o ciudad) que es considerado como el punto de encuentro entre el cielo, la tierra y el infierno, que se encuentran sobre el mismo eje. De aquí, que en Marao, los muertos y los vivos transiten por el mismo lugar e interactúen entre sí. Y es que en esta obra lo fantástico se interpola con la realidad cotidiana y hasta lo más extraño o insólito adquiere verosimilitud propia.  Esta característica va ser muy explotada en la narrativa latinoamericana para representar al continente. Algo que Alejo Carpentier ya había marcado en el prólogo de su obra “El reino de este mundo” (“La magia y la realidad conviven a cada paso en Latinoamérica…”).

En Marao reina el tiempo mítico sobre el cronológico. Algo que pasará a ser una constante de mucha de la narrativa de nuestro continente. Se quiebra el tiempo cronológico actual y el pasado se alterna con el presente y con el futuro. Avances y retrocesos van creando un aparente caos argumental. El autor nos sitúa la acción fuera del tiempo y, así destruye el signo más notable de la vida humana; todo se relativiza y no existe la frontera entre la vida, la muerte y las pasiones de estos seres aislados y huérfanos bajo el reino de un mundo bíblico y mesiánico. Es un tiempo donde no sucede nada, pero sí es un tiempo donde predomina la evocación de nuestra mágica y asombrosa tierra latinoamericana.

Marcelo Seguel Bon

-.-.-

Heroinas
por Fátima Cedeño


Desde este espejo veo tu rostro
¿A quién podrás buscar
entre “los pies Descalzos”?
¿Quién levantará tu nombre
entre las Voces del Tiempo?
Simplemente TÚ
Silueta vestida
con tu figura del Universo.
Y mirándote descubro que
en ésta Formación
está tu Gestación y la lactancia
Desde “El Gemido” tu voz
Abres los pétalo Eres figura
Génesis del Amor
Y en el silencio te levantas
En un Nombre:
Mujer

Desde esta Creación derramas
Tu esencia del “Ser”
Y entre tus manos tejes
La tierra en “la savia de la vida
En el dulzor de la vida”
y la Constelación
del Sueño con la Palabra
Libertad

jueves, 9 de agosto de 2012

¿Al vacío...? presente en la FILVEN-Miranda 2012

Imágenes del recital de poesía del grupo ¿al vacío...? en la Feria Internacional del Libro de Venezuela Capítulo Miranda 2012, celebrada en la Estación Charallave Sur del Ferrocarril de los Valles del Tuy.

De izq. a der.: Julio Valderrey y Leonardo Delgado


De izq. a der.: Rosa Anyélica Guevara, Leonardo Delgado y Yhonais Lemus


 Recitando: Isaac Morales Fernández



Recitando: Leonard Delgado


Recitando: Ana Karina Rondón

Si quieres ver el álbum de fotos completo de la FILVEN-Miranda, sigue este enlace: http://www.facebook.com/media/set/?set=a.4440374732693.181953.1389042621&type=3

domingo, 27 de mayo de 2012

I Concurso Virtual de Poesía "Amable Orta". Miranda, 2012



Amable Orta (Upata, 1938 - Guarenas, 19 de marzo de 2012) Poeta, narrador y ensayista, Orta publicó en numerosas revistas literarias como Equinoccio, Círculo de Escritores de Venezuela, Academia Abierta, Academia de la Lengua, Mare Nostrum de la Universidad Marítima del Caribe y otras. Es, además, fundador de la revista de arte y literatura "Rendija". Publicó también los poemarios Vientos de Arena (La Espada Rota, 1993), Ecos del Silencio (Publicaciones Rendija, 1995), "Poemas del Tiempo" (Editorial El perro y la rana) y "Voces en la Noche" (Fondo Editorial de la Universidad Marítima del Caribe).

domingo, 20 de mayo de 2012

César Uzcátegui Mantilla: Tánatos, Eros e intelectualidad en su "Plazo fijo para vivir"


“este río
despierta y duerme
al cruzar nuestra infancia
amenaza y seduce
asedia el horizonte
donde un día vamos a morir”
C.U.M.: Angostura

Plazo fijo para vivir es el título del más reciente poemario del poeta hatillense César Uzcátegui Mantilla, editado por la Editorial El Perro y La Rana en noviembre de 2006. En el libro se siente la condición humana, la de ser mortal, aunado a la conciencia del perecer. Se aviva en estas páginas una sensibilidad especial hacia la muerte como una responsabilidad, la propia-muerte, a la manera del Meursault de Camus, personaje que, sabiéndose condenado a muerte, adquiere una conciencia que le lleva a la renunciación existencialista, más allá del carpe diem de Horacio, el misticismo de la espiritualidad, no divina, sino humana: pienso en Kheyyam y su comunión plena con el mundo, su armonización con el cosmos. 

Verbigracia:

“eres necesaria aunque muera
con tu boca en la despedida”

y más adelante:

“hasta el momento
has entendido por qué los días
no regresan”.

Más aún, la muerte que ronda por el verbo de Uzcátegui Mantilla es también una muerte ritual, la que implica un renacer. El árbol muerto, la hoja seca, la telaraña ya deshabitada, ¿qué son sino momentos (cimas o simas) de un proceso cíclico, urobórico, de vacío fértil? Así:

“hago el olvido
para ser otro mañana en tus piernas”

El plazo fijo indica que moriremos de una manera para nacer de otra. Esa vuelta a la vida, luego del tánatos necesario, cuando es continuación de la muerte simbólica en el hombre, sólo se da mediante unión con la mujer y lo femenino, y esto precisamente constituye otra faz del libro Plazo fijo para vivir. El misterio femenino, esa arca de Noé contenedora de las bestias más disímiles, desde las más temibles hasta las más tiernas, se manifiesta en poemas como el reflexivo La mujer pluralista, el anecdótico y en prosa Taller público, el hermoso y sáfico Monte de Venus, el amazónico y matriarcal Mujer civilizatoria, el erótico Un largo territorio, el abstracto Consejo de la abuela, el petrarquiano y nostálgico Bolero, el entregado y amatorio Cuestiones de fe, el crítico e iconoclasta País de silicón, el simpático Emancipación, el alarmante Intifada, el triste y absorto Muro de los lamentos y el defensor y comprometido Detrás de los velos.

Eros y Tánatos, el amor y la muerte, pues, pulsiones básicas de la humanidad, dan sentido y marco a este libro digno de lecturas y relecturas, de un poeta caraqueño-mirandino que es, por cierto, antropólogo y profesor de la Universidad Católica Andrés Bello, habiendo sido tallerista del CELARG (1990-’91) y con una amplia obra publicada en poesía y ensayo. César Uzcátegui nació en Caracas en 1965, pero reside desde hace muchos años en El Hatillo. En 2007 participó en el Festival Mundial de Poesía representando al estado Miranda.



Isaac Morales Fernández


- . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . -

Un poema del libro Elegía a Puente Llaguno
de Juan Echeverría


Convocatoria


Nos convocó la vida
esa tarde cualquiera,
un tremolar de onirias,
un decisivo empeño,
tricolor y quimeras.

Y yo te amaba tanto
pero tú no entendiste.

Nos convocó un motivo,
distinto cada uno,
presagio de congojas,
lugar y desencuentro,
corazón de Llaguno.

Y yo te amaba tanto
pero tú no escuchaste.

Nos convocó un milagro,
lo largo de esa espera,
las mismas convicciones,
la presunción, el cisma,
distintas primaveras.

Y yo te amaba tanto
pero tú me atacaste.

Nos convocó el hermano
de distintos arraigos
disímiles afectos,
de variadas borrascas,
insalvables adagios.

Y yo te amaba tanto
pero tú te ensañaste.

Nos convocó la lucha,
el futuro azaroso,
líderes claudicantes,
animales caucásicos,
motivos poderosos.

Y yo te amaba tanto
pero me avasallaste.

Nos convocó la patria,
el sagrado sentido,
ese clarín vibrante,
ese grito perenne,
ese amor aguerrido.

Y yo te amaba tanto
pero tú no me amaste.

(publicado por El Perro y La Rana, 2007)


martes, 27 de marzo de 2012

Más que amor, frenesí: una antología apasionante / Gladys Urbina, diosa madre creadora

Más que amor, frenesí: una antología apasionante
Febrero, signado como el mes del amor y la rebeldía, ha dejado una impronta fervorosa en nuestra patria, por lo que podemos decir desde lo más profundo de nuestras almas y con la convicción de estar librando la batalla definitiva de nuestra independencia que FEBRERO ES MÁS QUE AMOR, FRENESÍ…” Así se expresa Neguel Machado, Coordinador del Sistema Nacional de Imprentas y editor/prologuista de este libro de textos diversos sobre el 27F y el 4F, que fue publicado y presentado simultáneamente en todos los estados país el pasado 27 de febrero, como un tributo de escritores de toda Venezuela en memoria de los caídos en esas fechas dolorosas pero patrias. He aquí una muy breve muestra de los autores incluidos en este libro en la sección Poesía:


Hermes Pérez
(Mérida)

Dos haikus sobre el 4F

Febrero cuatro
Pan, casa y trabajo
hoy somos libres

El arco iris
se metió en las casas
febrero cuatro



Julio Valderrey
(Miranda)

Poema de urgencia

No era ciego el loco,

el loco amaba y soñaba,

sabía de poesía porque era vidente,
sabía que vendrían tiempos mejores
para los olvidados
porque era amigo de los poetas

y los poetas dijeron:
podéis ir en paz
porque sueñas y amas
y sabes de lo efímero
y la importancia de la palabra
en el texto

y ese final no era por ahora

diccionario:
palabra sagrada para la esperanza
ahora: adverbio de tiempo

sagrada como los libros
que nos dicen del amor y el olvido

guerrero protegido y guiado
por el sueño de los poetas

4f, rosa crecida en la tempestad.



Jorge Luis Alfonso Márquez
(Caracas)

A la memoria de los árboles abatidos

Sin sombra un vecindario
desafió la metamorfosis
el sonido cacofónico
de las metralletas que comen almas.
Desde las montañas humildes
bajaron los sueños robados
hijos del niño venezolano
que pelearon por la arepa hecha sonrisa.
Ellos doblaron las aguas
para acabar con la miseria
desafiaron monstruos
y las fotos de la injusticia.
Las calles estaban nubladas
con sangre de combatientes
comieron bala por hambre
la historia bien lo sabe.
Ese 27 de febrero
los hijos del niño a caballo
escribieron las metáforas
de los esperpentos
que no saldrán de la tumba.
Cómo borrar los recuerdos
aquellos árboles abatidos
perforados por el odio
de los títeres del imperio.
Hoy me convenzo
que más allá del dolor
de las lágrimas dormidas
los árboles viven.
Como lo decía el cantor
del pueblo Alí Primera
los que mueren por la vida
no pueden llamarse muertos.




Emilio Pino Salinas
(Aragua)

Febrero en la memoria

El pueblo demolió la historia oficial,
A sus mentiras y barbaridades,
Y nació una nueva historia,
La que escribimos con sueños de patria,
Alzando banderas de pura libertad.
El dolor nos hizo fuertes;
Allanamientos, acaparamiento,
Paquetes económicos (neoliberales),
Represiones,
Gorilas en el poder,
Escuelas sin futuro,
Los comités de los sin cupos (universitarios)
Y quedaba muy poco espacio para soñar.
Pero los terremotos sociales son reales
La ebullición o explosión popular
Son hechos inevitables
Que sacuden la conciencia de los dormidos.
27 y 4 de un Febrero Rebelde,
El comienzo de una patria nueva.
Dos fechas que arden como el fuego,
Fuego,
Que cada día derriba el muro de la decadencia.
Febrero en la memoria.


Gladys Urbina, diosa madre creadora
por Isaac Morales Fernández

Poeta, narradora, actriz, artesana, ecologista, cuentacuentos, trovadora... ¿Qué no es Gladys Urbina, nacida en la población mirandina de Río Chico, en 1960?
Su carrera artística comienza en la música, siendo muy joven, cantando en coros infantiles. Luego, en su adolescencia, pasará por las clases de teatro del dramaturgo y director Edilio Peña. Su excelente desempeño en las tablas, la llevan a Caracas, ingresando en la Escuela de Teatro “Juana Sujo”, el Grupo Gremio y el Teatro Nacional Juvenil. Sin embargo, no deja su actividad musical, por lo que estudia música también e incursiona en varias agrupaciones corales. Es en esta época cuando comienza a darse conocer como creadora: compone canciones, escribe poemas y cuentos, y no le teme a la dramaturgia. sus ánimos por la escritura la llevan a cursas los talleres literarios más importantes del momento: los del CELARG, la Casa de las Letras “Andrés Bello”, y Monte Ávila Editores, donde  aprende los secretos y las técnicas de la literatura infantil.
Así, obtiene el Primer Premio en el XVI Concurso Infantil “Miguel Vicente Pata Caliente” 2008 de la Fundación Cultural Barinas con su cuento En los ojos de mi vaca. Ese mismo año publica su primer libro, Gonko y la casa hindú, editado por el Fondo Editorial del Caribe, y el bello libro Poemas de marzo, editado por el Fondo Editorial IPASME: Fue incluida en el libro Voces Nuevas Tomo I del CELARG, año 2007-2008 en la sección de poesía.
Más tarde, como nunca olvida sus inicios, graba el disco de música infantil Entre gatos, con canciones cuya letra y música son de su autoría. Otras participaciones en discos de varios autores, puede oírse en la página web www.venezuelademo.com.
En la actualidad, esta hermosa e insuperable mujer se desempeña como cantacuentos y trovadora en eventos como Festival Mundial de Poesía, Feria Internacional del Libro, Feria del Libro de Caracas, entre otros grandes eventos culturales.
Pero aún más, hoy en día ella produce y conduce su propio espacio radial, “Niños y Niñas en fiesta”, en la Radio Comunitaria Macarao 100.3 FM, de este sector de Caracas.
Por todas estas razones no es exagerado considerarla una diosa, por capacidad creativa, por lo incansable de su espíritu, y además una madre, porque, con su trabajo dirigido a los niños, también nos canta a nuestro infante interior, ese que a veces se oculta tras el velo triste y monócromo de la adultez.

domingo, 5 de febrero de 2012

El legado de Metodio Aurely en la literatura tuyera / La poesía errante de Tulio Alvarado


El Ibarra no le era suficiente. Necesitaba el Aurely para ser lo que genuinamente era: un escritor. Mientras sus coterráneos contemporáneos se conformaban con leer cualquier periódico que llegara desde Caracas, Metodio (1933-2009) leía a Nietszche. Incluso cuando alguien intentaba leer un archiconocido como Lorca, Metodio ya había avanzado hacia Faulkner o Proust. Y así, mientras leía los grandes clásicos de la literatura moderna, se movía en pro del desarrollo de su pueblo. No era isla, era fuente.


     Así como se formaba intelectualmente desde su adolescencia, en 1951 afrontó junto con un grupo de jóvenez cultores tereseños la fundación de un club social cultural que llegaría a transformarse con el paso de los años en la primera Casa de la Cultura de Santa Teresa, bajo el epónimo de su maestro, el poeta nativista Juan España. Fue sólo el primero de sus logros en el ámbito cultural. Posteriormente llevaría a cabo la publicación de varios periódicos tuyeros, la participación a su vez en periódicos de circulación nacional como el Últimas Noticias. Fue así como incursionó en estudios de Periodismo a nivel universitario, egresando en 1969 de la UCV.

     Y mientras hacía todo esto, escribía y leía. En 1961 ya había publicado una plaquet de sonetos, Mientras dure tu ausencia. y así publicó luego, en 1970, el poemario breve Despojos de olvido. En 1971, el pequeño libro de poemas Estampas sencillas. Pero una obra en particular lo tendría trabajando, a partir de esa época, durante casi cuarenta años. Una novela histórica, aún sin  título. Entre amigos, a veces llegó a leerla. Logró impulsar un grupo de lecturas literarias al que llamó Grupo Principio. Pero muchos desencantos que no viene al caso contar, llevaron a Metodio, poco a poco, a ser visto como un huraño... y bajo esa aura de persona aislada sería visto por la gente de su pueblo, por varios años, mientras seguía viviendo en su misma humilde casa, con toda su descendencia familiar.

     Ya en los noventas y en el entrante siglo XXI, algunos, a manera de chanza, llegamos a decirle “Meto-Odio”, a lo cual él se reía también al darse cuenta de que estaba de nuevo en esos momentos de soberbia que de repente le afloraban. Pero es que también Metodio tenía un sentido del humor bastante ácido y punzante, de mucha intelectualidad... humor de escritor, humor negro. Cuando el grupo literario ¿al vacío...? comenzó a hacerse conocer en el pueblo, él se burlaba de nosotros. Pensaba que seríamos igual de inconsecuentes que la gente que lo había defraudado en su vida, entre cuyos logros también se cuenta el haber formado parte del Comité Pro-Distrito que logró darle “independencia” al municipio Independencia.

Pero luego, sobre todo después de la instalación del Sistema Nacional de Imprentas sede Miranda en Santa Teresa del Tuy, comenzó a acercarse a nosotros amistosamente, hasta en la bohemia nocturna tereseña llegó a acompañarnos, y después se iba para su casa en la calle Andrés Eloy Blanco, con sus 70 años de edad y en total estado de feliz ebriedad, citando a Bécquer o a Gorki, calle abajo, cerro abajo.

     Hasta que finalmente, luego de convencerlo, nos confió su novela escrita  nada menos que durante cuarenta años: La aldea del cerro, publicada en 2009. Si bien su poesía era bastante tradicionalista, y él  se consideraba ante todo articulista de opinión (en los ochentas publicó una recopilación de sus artículos bajo el título Escritos en prosa) y narrador, precisamente con esta novela Metodio Aurely demostró ser el padre de la narrativa tereseña, porque es esta una obra de gran calidad, con apuestas vanguardistas, y todo ambientado en su pueblo natal, Santa Teresa, renombrado ficcionalmente “El Joyal”, en donde el personaje Mauro Malasín lucha por lograr su protagonismo contra la voz autorreflexiva del narrador que se cuestiona a cada rato sobre la teoría novelesca. De esta obra, el escritor ocumareño, autor de otra importantísima novela de la tuyeridad, Los días iguales, Omar Alfonso Requena, escribió a manera de presentación en la contraportada: “La aldea bulle en lo externo y se mueve en espacios muy íntimos; es el autor y el mundo al mismo tiempo. Comulgando con cánones narrativos audaces y de gran modernidad, en el que las voces de los personajes cobran una relevancia especial por su capacidad de cuestionamiento y reflexión hacia una cotidianidad con la que jamás podrían estar conformes, Metodio Aurely nos va llevando de la mano a través de una historia sincera y no exenta de un humor fino: Mauro Malasín, el Librero, el Amigo, intentan lograr su lugar en el mundo, justificarlo, explicárselo en voz alta. Hasta que la aldea los escuche o hable a su vez con ellos; porque la aldea vive allá arriba, en el cerro. Porque es parte de ellos mismos”.

     Todo tereseño debe leer esta novela como nuestra obra fundacional. Para leerla, visite http://imprentademiranda.blogspot.com, en la sección de publicaciones.

por Isaac Morales Fernández


- . - . -


La poesía errante de Tulio Alvarado


por Marcelo Seguel Bon

     Tulio Alvarado nació en Sevilla, Provincia del Valle del Cauca, Colombia, en 1933. Una ciudad pegada al cielo, la venta de ganado frente a la iglesia, los hombres con pantalones anchos y sombreros de pajilla y ala ancha y la ciudad primigenia y lenta es rodeada por enormes extensiones de plantaciones de café. Una ciudad en un espacio extraviado en el tiempo en donde se mantienen ciertas reminiscencias a mundo elemental y pionero. Baudelaire afirmaba: “La infancia es la patria fundamental del poeta”. Allí transcurre la infancia y adolescencia del poeta; espacio pródigo para la poesía y la formación temprana del mito. “Por allí pasaron/los caballos viejos/allí mismo queda/una casa antigua/amplios corredores/tejas de barro/puertas de madera/jardines colgantes/allí están las huellas/todavía olorosas/a laureles y rosas”. Un inventario infinito de fragmentos esparcidos que se han vuelto imagen soñada que pretende el rescate del mito perdido, un temperamento y una visión de mundo arraigada en el alma del poeta. Ese desear alcanzar algo a través de la pulsión poética pero, que se escapa y se vuelve a alejar en la fatalidad de nuestros días.

     Sin duda, en Tulio Alvarado encontramos las claves del destino errático, doloroso y huidizo del desarraigo: “Se derriban los muros/vuelven los muchachos/libres como el viento/la lluvia, el mar/las mariposas/entonces estarán/las ventanas ocupadas/con aplausos y con flores”. Generación tras generación, las aldeas ven reducirse su población por el éxodo, sus jóvenes emigran a las grandes ciudades en busca de trabajo, estudios, mejores condiciones de vida. Releyendo a este poeta de los espacios extraviados, percibimos el conflicto del provinciano, quien desde el universo elemental y agreste de la aldea, es trasplantado a la “costra de cemento” de la ciudad. Su inadaptación y su anhelo de una vida sencilla e inmemorial, lo persiguen. Por tanto, el verdadero ejercicio de la poesía implica el arraigo que se debe conquistar precisamente a partir de la pérdida del suelo firme, y el poema crece en ese espacio de rigor en medio del cual el hombre, con la pulcra artimaña de la palabra, levanta el trabajoso edificio de una estabilidad anímica vigilada constantemente. Y es entonces cuando la palabra y su universo poético se instalan justo en un borde indeciso y ambiguo donde a partir de lo destruido surge lo construido.

    Los asesinatos de Gaitán, el Che, Torrijos, Allende y los eventos convulsos de la guerrilla colombiana, la Revolución Cubana, la invasión a Panamá, el golpe de estado en Chile y la Revolución Bolivariana de Venezuela, han signado fuertemente la obra del poeta Alvarado en el sentido de la retribución a la lucha y a la esperanza revolucionaria, la creación del hombre y la mujer de compromiso libertario y utópico y la formación de una sociedad que eleve la ética como praxis en la reformulación y unificación del hombre fragmentado de nuestros tiempos.